jueves, 16 de septiembre de 2010

Transformación.

I

Quisiera amarte como te amé,
No amarte como te amo.

Quisiera  verte como antes, tan sólo los
Días de tu buen humor,
No verte como hoy.

Quisiera no besar tus labios a escondidas,
¿Por qué aún te beso a escondidas?

Quisiera retroceder el tiempo,
Pero estoy sentado y me pesa la pena,
De saber que el tiempo es contrito y eterno.

Quisiera que tu pensamiento sea otro,
No hablo de ti, sino de mí y de los que te rodean.

Quisiera  resucitar de esta mi muerte
Y ver si lloras, ríes o nada.

Quisiera no pensar, pero no me hagas pensar,
Si supieras y sintieras cuando te tomo de la mano,
No es tu mano sino una piedra pesada.

Quisiera saber dónde está tu luz interna,
No te pido que me alumbres, al menos dime la verdad.

Quisiera que las horas no existan,
Que tu conspicua mirada elevada por encima de mi candidez,
Me mire y vea mi incertidumbre que corre, esperando tu razón.

Quisiera no mirar atrás, pero me llama la duda,
El te amo incierto. Desahogo mi mar quieto con tu mar embravecido,
Reímos y no siento nada y miro atrás y más atrás y atrás.


 II

Dame tan sólo un mes, para darme cuenta que no te amo,
Que los días son mejores sin ti, sin tus besos de cal,
Sin tus palabras retocadas con mentira y sevicia.
No sé que hago aquí y allí.

El amor, aprendí que es un sí en el momento,
Un no inquieto y que quiere ser libre,
Un tal vez certero.

Dame un matrimonio impío y sin juez,
Un lunes entre julio y agosto,
Regálame un noviazgo en paz y en tráfico,
Lleno de regalos y amor envuelto en pañales.

Llámame en cuanto puedas, estoy desnudo,
Pronto me voy, al fin donde ti, pero no me esperes en noviembre,
Tampoco sueñes, y al poco rato estaré dándote un beso,
Hablándote al oído. Aún espero que se vaya el otro.

Dame dos semanas, un poco de “floro”,
Crisis de nervios, una taquicardia y un beso esquivo.
Dame ahora lo que no tengo.


 III

Soy grosero sin saber la barbaridad de tus actos.
Se llama extrañar, al amor como señuelo.
Ayer Dios no me habló, porque le volvieron a crucificar.

Te noté agresiva, te sentí agresiva, tu mirada y tus besos.
Puse una flor en tu flor, una caricia y tú, y tú no encuentras remedio.

Una pausa al tiempo, son las veintiuno y treinta y dos,
Dame dos segundos para irme, y volver a ti, abre los ojos, y ya he vuelto,
Trota la vida y yo soy tan lento.

Pariste cualquier cantidad de mentiras, tal vez mi cara de idiota
Te presuma confianza, te de la certeza de un amor ensalzado.
Piensa como poetisa, analiza y deja de lado tu torpeza enorme,
Mírame y no soy él.
Deja tu costumbre al lado de tus sueños y si quieres recuerda tu vida sin
Que tus ojos la reflejen, dame la espalda de tu rechazo.

Desesperado, me he lanzado a escribir tu acto horrible
Y no me convenzo de tu cabeza agacha y tu mirada de culpa.
No puedo, bostezo, y me aburre, tu foto, tus piernas y talvez todo.
Por qué será tan difícil tratar de amarte.

Quisiera escupir la verdad tallada en mi cerebro,
Debió ser hoy, será mañana o no sé que día.

Nadie sabe por qué en la noche rezo y pido,
Nadie sabe si me amas o si eres feliz,
Yo sé que las palabras se las lleva el viento y que los besos se quitan con agua.

Cierro los ojos y pienso:
La noche es fría, siento el sabor de tu boca,
Tengo tu olor en mis manos, pareciera hedor y no siento nada.

Espero, te armes de valor y arremetas con dureza, sin piedad del silencio,
Con vergüenza, tal y como me amas ahora.

Antes que tú todo era mejor, luego de nuestro debacle vendrá el paraíso.
Este invierno es distinto, vivo el frío de tu cuerpo, el calor que
Achicharra mis sentimientos, obligándolos a mentir que te amo.


IV

Mi mirada se sumerge en el aire, se pierde en ayer,
No he comido nada, la tarde soleada también es fría.

El cuerpo no entiende de estaciones, no entiende de desastres, de lujuria,
¿Cómo te beso sin tocar tus labios, sin ser yo el que te tenga que besar?
Es como no haber vivido esos minutos contigo,
Son borrosos, pero en fin, son y duele, reniega mi pecho,
El tronco como tú le dices.

Me pregunta una respuesta ciega,
¿Qué haces lamentándote, engriendo el engreimiento,
Dando lástima, llamando a amigos, encerrado y escribiendo?
Respuesta: escribo a la venganza. Sí, dios existe, pero no en ella,
Escribo para darle mi odio a mi odio y no a ella.
Es una niña y yo también quizá lo sea,
Como mi cabello rebelde y su cabello,
Como mi tamaño y su altitud,
Como dos estrellas distanciadas por el universo,
Muere, explota y se dispersa.

Ha cambiado la forma,
Mientras halla una planta, agua,
Y existan mis locuras, habrá poemas,
Quizá no impacten, quizá el siglo no lo permita,
Quizá jamás los leas, quizá jamás no exista.


 V

Cuando nos abrazamos siento que el tiempo se detiene,
Cierro los ojos y parece que nada existe alrededor, sólo tú y yo,
Juntamos nariz con nariz, acaricio con mi rostro tu rostro
Y nos enfrascamos en un beso tan dulce.

Mañana si te veo, sólo quiero que nos quedemos mirándonos,
Juntar nuestras manos y ver como se fusionan nuestras pieles.

Es hermoso quedar suspendido en tu mirada, acariciar tu frente,
Coger el olor de tu cabellera entre mis dedos,
Mirar tu cuerpo entero, fijarme en tu rostro, besarte y oír
Que susurras en mi boca un te amo tierno.

Es divino, artístico y científico, ¿cómo no amar a un ser tan precioso?
¿Cómo negarse a tu blancura, a tu sonrisa, a tu mirada, a tus frases?

Basta observarte y siento que todo el amor se viene al centro de mi pecho,
Comprime con dulzura, duele sin herida.

Sujetarte con mi mano diestra tu mejilla, recorrer tu oreja con mi dedo,
Mientras vuelvo a besarte y ahora yo susurro un te amo mucho más tierno,
¿Cómo negarme a alguien que amo?



VI

He escrito con un beso mi silencio,
Entenderás, que los poetas son escudriñadores,
Maldicen y bendicen, he guardado mi silencio
En tu propia boca.

Lo siento, perdón, pero los poetas, piensan en lo suyo,
Piensan en lo que alimenta el poema,
En lo que ha de beber su hijo,
Cada verso se llena de ti y de las palabras que te digo.

Cuanto siento que tenga que escribir esto,
No sé que venga luego, no sé si acaso crees que sé.
Advierto de anomalías en cada célula que lanzo al aire,
Que van hacia ti. Perdón, compréndeme.

Yo nací, después de un invierno, por la mañana, como ayer.

Nada existe después de esto, podrás reclamar lo que desees,
Podrás desvariar tu carácter, podrás llorar hasta dejar que tu amargura
Se consuele en mi pañuelo.

Fingiré que el mundo sigue igual,
Que dos palabras forman la grandeza de vivir,
Que mi alma reniega de ser mi cuerpo que te extraña,
Tus besos, tus piernas, tu foto, talvez todo.

Todo aquí arriba, está como allí abajo,
Está como cuando estuviste aquí arriba, dentro,
Tal vez no distingas bien lo que guardo entre músculos y sangre.

Edwin André. 13/08/2010 - 12/09/2010.